Los tiempos han cambiado y las sensaciones susceptibles de a pocos se van agotando, la vida va pasando, las modas van pasando, la aguja del reloj gira y gira no le importa volver otra vez al punto de partida, la vida misma nos deja muchas heridas, desde los años 70’s hasta la actualidad la existencia ha dado un giro radical de cambio circunstancial, la diferencia entre las épocas doradas y las actuales son abismales, al igual de este modo tan mortificante en mi vida extraño mucho mis épocas doradas. Bueno claro esta, no soy de la antigüedad pero al menos pude gozar de mis propios años, 70’s y 80’s, mirando la ventana, viendo algunas casas, y en la ciudad muchas mas… sé que en cada habitación hay una persona buscando una solución, una respuesta a lo incomprensible que es su vida, o tal vez solo busquen una salida a la amargo de empezar un día, ¡que temeridad!, decir que un día es malo, es el comienzo de una muy mala racha, demás esta decir que nos cobramos la revancha haciendo las cosas equivocadas, nadie nos juzga, nadie nos denuncia con el destino mezquino, a veces nos encariñamos con un momento y lo guardamos como nuestro cuento favorito, en mi caso soy pasivo e impulsivo, me desespero y espero el momento perfecto en cada situación adversa, un momento ideal es siempre con un amor leal, es tan perspicaz guardar un momento de algarabía con los amigos, ¿pero como sabes que si son verdaderos?, el tiempo te enseña a interrogarte a ti mismo, para salir de tu pregunta es imposible el cinismo, tenemos que confiar siempre en nosotros mismos, porque cuando la confianza propia se quebranta, ya no queda nada. No puedes siempre llorar y lamentarte debajo de tu almohada, hay muchas situaciones mas correctas que un dilema sin fronteras, mientras botamos una lagrima, alguien puede estar muriendo de forma inmediata, algunos momentos del destino están en forma censurada, la gente corre por las calles apresurada por llegar a su meta esperada, pero no se preguntan que si con tanta prisa y tanta brisa fresca y tibia, no podrían encontrar la solución encantada, una esperanza que nunca se desbarata, en tan solo un simple camino de trayecto por la llegada, a veces no sabemos… solo nos importa la meta cuando en realidad la meta esta para que examinemos lo que se nos interpreta en el camino, yo la verdad caí muchas veces en ese juego sencillo, casi siempre lo puse en algún estribillo, los tiempos han cambiado y la nostalgia de una triste madrugada acompañada con un par de porritos, al menos me calman lo sucedido, ojala vengan tiempos mejores, estos atroces son desoladores, voy camino a publicar esta primera entrada y a ver el salir del sol esta melancólica hermosa mañana…
Atte. Michell Stevens (El culpable).
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